«Estuve un ratito sentado en un local de Palermo llamado MERIENDA viendo cómo me ignoraban los 7 empleados que parecían estar bastante al pedo con 6 mesas ocupadas. Creo que sólo me vieron cuando me levanté para irme. Al Club Eros a comer una mila.» dijo el periodista y conductor Juan Di Natale en su cuenta de la red social Twitter mostrando el desplante recibido en uno de los espacios gastronómicos de Palermo.

Si bien la «atención» depende del dueño de cada espacio, y en este caso no parecía haber poco personal para la cantidad de mesas del lugar, la altísima rotación del personal gastronómico y la falta de selección a través de una consultora que determine talentos para cada labor juegan en contra de un buen servicio y muy por el contrario termina siendo «expulsivo» de los clientes. En muchos casos se pone énfasis en la arquitectura del lugar, calidad de productos o estilismo del espacio sin darse cuenta que la atención cuidada, la buena disposición y una sonrisa constituyen un verdadero seguro de regreso para los parroquianos.

Al parecer, Di Natale cambió el plan y fue al Club Eros de Uriarte y Honduras, un club popular que se distingue por sus inmensas milanesas, solas o con papas «a caballo».