Desde hace 23 años, Liliana Helueni ofrece cocina árabe, con bases sefaradíes, en la zona de Monserrat. Creció en una familia atravesada por la gastronomía, con un abuelo que tenía un almacén de frutas secas, especias y más, y donde trabajaba su padre, quien luego abrió un local de cocina árabe donde ella creció y aprendió el oficio. Años más tarde, decidió dejar el negocio familiar que compartía con sus cuatro hermanos, para hacer su propio camino y, junto a sus hijas, abrió su propio restaurante, que lleva su nombre.
Ubicado en la calle Santiago del Estero y Alsina, el restaurante recibe en un ambiente sencillo y sin pretensiones, con espíritu familiar y distendido. Los habitués se sienten como en casa y disfrutan de los manjares que Liliana sirve en cada mesa, con una sonrisa, y atendiendo personalmente junto a Mariel que, aparte de ser su hija, es su mano derecha. Confirma así que en este lugar la cocina proviene del corazón, de una familia con más de cien años de historia en la gastronomía, descendientes de sirios, que fueron llevando sus recetas por todos lados, hasta llegar al puerto de Buenos Aires.
Liliana Helueni funciona en el horario de almuerzo, de domingos a viernes, con comidas típicas de la cocina árabe-sefaradí, y una carta extensa, con tantas opciones, que cuesta elegir. Para comenzar, están los clásicos lahmayin abiertos (empanada árabe abierta de carne con salsa agridulce), kibbe frito (cilindro frito de trigo burgol relleno de carne), variedad de boios, falafel, muarrak de queso o verdura (triángulos de masa fila rellenos), sembusak y knishes, además de cremosos hummus o babaganush, entre otros.
Los principales se destacan por ser platos de olla clásicos de dicha cocina. Con horas de preparación, son los que suelen consumir en festividades religiosas, razón por la cual son muy solicitados por la comunidad, que añora estas preparaciones para su día a día. Yabrak de parra (niños envueltos de hoja de parra con carne y arroz), mejshi cusa (zucchini rellenos con carne y arroz), salayan con guarnición (fierritos de carne a la parrilla con guarnición), bame fresca, chauchas con carne, maude de pollo, pastrón al horno, alcauciles rellenos, pollo persa o arroz pilaf con pollo al horno desmenuzado, son algunas de las preparaciones. También sirven sándwich de falafel con hummus y tabule o sándwich de salayan con hummus y tomate.
Los postres siguen el camino de los clásicos árabes, con mamul de nuez, damasco o dátiles (dulce a base de manteca, relleno de nueces y especias, damasco y almendras o pasta de dátiles y nuez), kadaif de nueces (fideos de masa fila rellenas de nuez y embebido en almíbar especiado), baklava (capas de masa fila rellenos con nueces y embebido en almíbar especiado) y dedos de novia (masa filo con una mezcla de los más variados frutos secos). Para acompañar hay café a la turca o té de menta.
Ofrecen toda su carta para llevar, con delivery propio, y también la posibilidad de llevar sus delicatesen, como jalá dulce, con pasas o salada, queso feta, pan árabe, labán y más.