Chubut se suma a la expansión de la Industria Vitivinícola

El vino argentino sigue expandiendo sus fronteras y conquistando nuevas latitudes. A pesar de un clima que pareciera hostil para la actividad vitivinícola, la provincia de Chubut emerge en la Patagonia como un jugador que busca consolidarse en la industria con productos de alta gama, gracias a sus particulares características.

El frío y la amplitud térmica, las heladas, el suelo, y los vientos, hacen de estas condiciones extremas todo un desafío para los productores.

Lo que diferencia a la zona del resto de las provincias donde históricamente se ha producido vino es el agua. Lluvias más abundantes y ríos caudalosos crean un paisaje lleno de vegetación, como las coloridas retamas amarillas que decoran la rutas y los valles.

Las variedades que se destacan en esta región que llevó más al sur la producción vitivinícola son principalmente pinot noir, chardonnay, y sauvignon blanc. Resalta en ellos su particularidad acidez, producto del frío, y su complejidad que los coloca en las listas de alta gama de los restaurantes más exclusivos. Y también su menor graduación alcohólica (cerca del 10%) en línea con la tendencia mundial. Vinos elegantes y frescos.

Ampliando las fronteras del vino argentino

Con Chubut son 18 las provincias en las que se produce vino. Las principales son Mendoza y San Juan, y se destacan también las del norte argentino.

En la última década, Chubut pasó de tener tres viñedos a más de 40 en la actualidad. La principal actividad se concentra en tres nuevas indicaciones geográficas en zonas bien diversas entre sí como son Trevelin, El Hoyo y Sarmiento. En total se produce más de medio millón de kilos de uva.

La gran mayoría de los proyectos son emprendimientos familiares, de apasionados del vino que llevaron adelante el sueño de la bodega propia. Uno de esos pioneros es Sergio Rodríguez, de Viñas del Nant & Fall. Oriundo de Mar del Plata, este antes chef convirtió terrenos de una vieja cantera ubicada cerca de los campos de tulipanes, y rodeados por el río Nantifal, en el origen de la primera botella de vino de Chubut. Allí trabajan tres generaciones –además de Sergio, su madre Maura, y su hijo Emmanuel- y se producen en la actualidad unas 11.000 botellas al año, entre ellas el imperdible pinot rose. También brindan apoyo a otras plantaciones más pequeñas que no tienen capacidad de procesar sus propios vinos.

2024-12-07T13:18:05+00:007 diciembre, 2024|Bodegas, Home, Vinos|0 Comments

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