De recorrida por Lujan de Cuyo y sin previo aviso decidí entrar en una de las bodegas que no visitaba hace algunos años. Lejos de rechazar mi visita por no tener reserva previa, algo casi excluyente hoy en las bodegas mendocinas para poder contener la demanda de turistas, me recibieron con una calidez superlativa invitándome a pasar, comentándome los distintos vinos que elaboran las enólogas Paula y Florencia en el lugar.
Tanto el bar como el restó de Bodega Séptima son uno de los IMPERDIBLES de la zona. Una exultante vista panorámica al Cordón del Plata lo define todo, desde una terraza que se aventura a las viñas. La imágen siempre magnética de la Cordillera de los Andes que parece una pintura en perfección o una bella alucinación.
Dentro de los vinos no dejar de probar la línea CONFIADO y como siempre, los espumantes MARÍA que son impecables.
Hay opción de tapas para ir haciendo un «wine flight» o sencillamente elegir una botella en grupo y poder degustarla. También el restó de la bodega tiene un menú por pasos.
Altamente Recomendable para quienes viajen a Mendoza.
Historia:
Raventós Codorníu es una de las familias de tradición vitivinícola más antigua de España. Dedicada a la vitivinicultura desde 1551, suma más de 465 años haciendo vinos y cavas que se disfrutan en todo el mundo.
Con una historia de más de cuatro siglos en Europa, Raventós Codorníu buscó expandirse hacia los grandes terruños del Nuevo Mundo. Así fue que se estableció en 1991 en Napa Valley y, tras evaluar minuciosamente diferentes zonas, en 1999 eligió Agrelo, Luján de Cuyo, en Mendoza, Argentina, por sus características inmejorables para elaborar vinos de nivel internacional.
Actualmente, Raventós Codorníu cuenta con 14 bodegas centenarias, la mayoría en sus territorios vitivinícolas, entre las que se encuentra Bodega Séptima, en Mendoza, Argentina. Así Raventós Codorníu ofrece vinos que ponen en valor la tradición vitivinícola, la de cada territorio en que se erigen, vinos que brotan de un terroir característico; potenciando la identidad y autonomía de cada una de las bodegas que lo integran.
Bodega Séptima:
Luego de años de búsqueda de un terruño excepcional en el Nuevo Mundo, la génesis de la séptima bodega de Raventós Codorníu comenzó en el año 1999 y se construyó en 2001 en Agrelo, Luján de Cuyo, Mendoza, al pie de los Andes y a 1.050 metros sobre el nivel del mar.
Nuestro nacimiento se encuadra en un modelo de bodegas que fue trascendental para la vitivinicultura argentina. Con muchos de los establecimientos que datan de comienzos del siglo XXI compartimos características similares que le aportaron prestigio y diversidad a la industria: herencia y know how europeo, fincas propias, elaboración de vinos Premium y respeto por el terruño.