El sur de Mendoza sigue dando motivos para visitar, recorrer y conocer una nueva impronta de la región para sumar turismo receptivo y curiosos de la producción de distintos productos en la zona que suman valor a la tradición histórica local.
En la Cuesta de los Teneros, un joven productor caprino como Rodolofo García Werner comenzó a interiorizarse sobre las razas de los animales y la mejor producción láctea según su propia tipicidad combinado con el terroir. Concurrió a la escuela agrotécnica de la zona donde los históricos profesores fueron cultivando su pasión por conocer ese puente virtuoso entre los animales y sus pasturas y el sabor de un producto noble como el queso.
Históricamente la mayoría de los crianceros utilizan sus cabras y chivos para la comercialización de su carne, pero el grupo liderado por «Chofo» comenzó a vincularse desde un lugar de conocimiento con los animales apostando por los productos lácteos y así se creó un tambo artesanal denominado “Trashumante”.
El principal trabajo está en el campo y con los animales, su cuidado, su salubridad y su pastura. La mayoría tiene nombre y son identificadas con simpatía por sus criadores, por sus características, por su impronta. «Entienden todo, son como cachorros» dice vinculando a las cabras con los perros por su amigabilidad y docilidad.
Se presentan como “hacedores de quesos al pie de la Cuesta de los Terneros. Cultura Trashumante con quesos y dulces derivados de leche de cabra y oveja” y apuntan a finalmente poder expandir su tambo y comercializar estos quesos mendocinos de San Rafael.
La provoleta de cabra es sencillamente UNICA. Cremosidad, elegancia, sutileza, un dulzor que deviene del tenor graso de la leche de las razas utilizadas (Saanen especialmente) y una mínima astringencia en el retrogusto que da cierre a un bocado para el recuerdo. No hace falta más que ir a degustarla en el restautante «Rebaños Restó» en Pueblo Benegas ubicado en la localidad de Cuadro Benegas.
La famosa “provoleta” es un invento 100% argentino. Comenzó a producirse y comercializarse en 1940 como una variante del provolone italiano, y está creado para asar a la parrilla o a la plancha. Además de esta novedosa delicia, en el tambo elaboran queso Feta, Pategrás y Cuartirolo a base de leche de cabra y también aparecen en el catálogo dulces de leche, tanto de cabras como de ovejas.
