Este verano Andeluna inaugura una nueva propuesta para vivir la experiencia del vino y la montaña con la posibilidad de alojarse en su exclusivo Andeluna Winery Lodges, que se suma a su tradicional programa turístico con propuestas gastronómicas y actividades para contemplar el paisaje en diferentes momentos del día con una copa en la mano, disfrutando del lema que define a la bodega: “Somos vinos de montaña”.
En el marco de su 20 Aniversario, a partir del mes de diciembre Andeluna ofrece una opción de alojamiento diferente para disfrutar de viajes de placer o negocios en su Andeluna Winery Lodge. Se trata de 8 lodges de lujo, conformados por unidades independientes de entre 42 y 45 m2 que incluye un deck con 2 sillones para relajarse con la vista panorámica de los viñedos y montañas de Gualtallary.
“Andeluna Winery Lodge está diseñado para brindar una experiencia inigualable para el visitante nacional e internacional. Es una gran apuesta que completa nuestra área de hospitalidad para brindar una experiencia 360°: vinos, exquisita gastronomía, una vista única y, ahora, nuestro alojamiento al pie del Cordón del Plata” asegura Pablo Ferral, Gerente de Hospitalidad de Bodega Andeluna.
Arquitectónicamente los lodges mantienen el mismo estilo y se diferencian por su diseño interior en el que los colores naturales y materiales nobles, como la madera, le dan una ambientación cálida. Cada uno cuenta con todo lo necesario para una estadía de relax y disfrute: amenidades con productos orgánicos, estación de cafetería equipada con una Nespresso, batas de baño, cama King Size o Twins, caja de seguridad, espacio valijero, frigobar y una pequeña sala de estar. Además, en el sector exterior, cada unidad tiene un jardín con plantas autóctonas y un fogonero para las noches de frío.
Con esta apertura, el restaurante de Andeluna, recientemente reconocido con el Tripadvisor Traveler’s Choice 2023 como uno de los más recomendados del mundo, amplía su propuesta gastronómica de lunes a lunes para ofrecer también cenas a la carta, con opciones de entradas – como Sopa fría de Palta, Tomates confitados, Alioli, Pistachos Tostados –; principales – como Asado en piedra laja (entraña, ojo de bife, chorizo, vacío), Papas al Romero y Oliva, Criolla con almendras, Mayonesa de Huevos Orgánicos-; y postres – como Húmedo de Chocolate Amargo, Sopa de Chocolate Blanco y Cardamomo, Helado de Malbec con Frutos Rojos -. En caso de preferir una cena informal, los visitantes también tienen la posibilidad de optar por snacks como pizzas de masa madre, focaccia, empanadas, selección de quesos y embutidos o carpaccio.
“La combinación de texturas y sabores para dar a conocer la identidad gastronómica de nuestro país es el eje central de nuestra cocina. Contamos con opciones de snacks para aquellos visitantes que desean un menú más relajado o platos a la carta, para maridar con nuestros vinos”, describe Juan Pablo Miguez, Chef ejecutivo del restaurante de Andeluna.
La posibilidad de cenar en la bodega se suma a las opciones de menú del mediodía como el Menú Pasos por la Montaña -4 pasos- o la Experiencia Cabernet Franc -5 vinos armonizados con 6 etapas de comida-, en el que se marida cada propuesta junto a un vino; la más informal para disfrutar los jardines y de la vista a la montaña es el Menú Desestructurado y las Tardecitas en Andeluna que se desarrollan durante la caída del sol en la que se ofrece el Menú Desestructurado y se puede disfrutar de modo distendido en los jardines de la bodega, frente a la imponente Cordillera de los Andes.
De esta manera, la bodega ofrece un programa integral para los visitantes que invita a disfrutar del vino y la montaña de la mañana a la noche con diferentes actividades como las tradicionales Visitas guiadas por el viñedo y Degustaciones, divertirse aprendiendo en las Clases de Cocina o el Juego del Blend. Además los huéspedes tienen la posibilidad de realizar experiencias outdoor en el valle, como Rafting, Trekking, Paseos en helicóptero, entre otras, completando una estadía única y atractiva.
Andeluna elabora Vinos de Montaña. Está ubicada en Gualtallary, uno de los terruños más propicios de la provincia de Mendoza para elaborar vinos de alta gama y con identidad propia. La bodega se encuentra bajo la conducción de la Familia Barale desde el año 2013, siguiendo principios de responsabilidad y sustentabilidad de los recursos, así como también orientando sus vinos a las tendencias internacionales de consumo. La enología está a cargo de Manuel González Bals.