Nakuri Urinaki es el proyecto de dos chefs y amigos, Ignacio Bravo y Uriel Hendler, quienes unieron sus conocimientos y experiencia gastronómica en una propuesta única: un lugar que sirve sushi con carne. Ignacio Bravo se especializa en carnes a las brasas y es dueño de un catering de asados (Casa Pasto), mientras que Uriel es experto en sushi y propietario de Kanu Sushi y Let it V.
Mediante el servicio omakese, este lugar con capacidad para 25 personas y amueblado con cómodas mesas y sillas de delicada madera Guayubira ofrece un menú de siete pasos que cambian esporádicamente. De ahora en adelante, dicho recorrido comenzará con una empanada de masa casera frita, rellena con un braseado de bondiola con calamar y una salsa de huacatay, seguida por croquetas de morcilla con crema de ají amarillo. En los pasos siguientes, ofrecen un tataki de bife de chorizo con alioli, merken y furikake, seguido de un handroll de pechito de cerdo con kimchi de pepino y cilantro. A continuación, sirven un roll de palta y ciboulette coronado con tartar de matambrito de cerdo, vieiras y queso parmesano flambeado. Le sigue un trío de nigiris de entraña, molleja y ceja de ojo de bife y, luego, gunkan de molleja y huevo de codorniz. El séptimo paso, el postre, consiste de una torta de tres leches. Toda la experiencia tiene un costo de $40 000 por persona, que incluye una bebida sin alcohol y un cóctel.
Para maridar con este despliegue de carnes de raza Angus y Hereford de primerísima calidad cocinadas a la parrilla e integradas con arroz de estilo sushi, Nakuri Urinaki ofrece una carta de cócteles de autor diseñada por la bartender Ailén Álvarez. Además de cócteles clásicos —como Negroni, Old Fashioned, Manhattan, Pisco Sour, Penicillin, Americano y Tom Collins—, en ella lucen preparaciones como Tintorela Sour (vino tinto, ron blanco, ciruela, vainilla, limón y syrup simple), El Viejo (bourbon, ron dorado, canela, vainilla y perfume de nuez) o Eva (tequila, jugo de manzana, canela, miel, jengibre y soda), entre otros.
