La influyente exministra de Ecología francesa Ségolène Royal cargó duramente contra los tomates orgánicos de España al considerarlos «falsos» y descalificarlos frente a la misma categoría de los productos franceses.
«Los productos españoles bio son productos bio falsos. ¿Habéis probado los tomates supuestamente bio españoles? Son incomibles. Los productos bio españoles no respetan las reglas francesas» dijo la ex funcionaria francesa e influyente opinión en el mercado de alimentos «bio» generando inmediatamente la respuesta de la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico de España, Teresa Ribera, ha calificado este mensaje de «impropio».
Luego intervino el propio presidente español Pedro Sanchez quien dijo en conferencia de prensa luego de una reunión con el Consejo Europeo: «Creo que la señora Royal no ha tenido la fortuna de probar el tomate español. Yo la invito a que venga a España, a que pruebe cualquiera de las variedades de tomate español, y verá que el tomate español es imbatible».
La situación fue escalando dado que la certificación de productos orgánicos con políticas de sustentabilidad y cuidado de la tierra no sólo tiene que ver con la valoración y cuidado del alimento humano sino con las regulaciones internas de la comunidad que habilitan el comercio entre países. Una descalificación de este tenor puede cerrar mercados y afectar la economía española.
La agricultura biológica es un sector que están en continuo crecimiento y que destaca porque sus alimentos no llevan ningún tipo de compuesto químico. Además, sus semillas no han sido modificadas genéticamente y sus cuidados se realizan de manera totalmente sostenible.
Estos productos destacan por pasar varias revisiones al año que necesitan ser certificadas, obteniendo así las famosas etiquetas bio que acreditan cada producción. Además, el carácter ecológico que tienen estos alimentos también implican que sean revisados y analizados de manera continua.