Viejo Patrón es un restaurante de auténticos especialistas en asado, creado y gestionado por un sommelier de carnes que cuida la trazabilidad y correcta cocción de cada una de sus piezas. Un espacio en Liniers que invita a degustar cortes de máxima calidad, provenientes de animales criados en campo abierto y alimentados a pastura.
El alma mater de esta parrilla única en su estilo es Julio Gagliano, uno de los 25 sommeliers profesionales de carnes del país, egresado de la Facultad de Veterinaria (UBA), quien desde muy joven se desempeñó como matarife carnicero y emprendió en el sector gastronómico con su primer proyecto, la pizzería Avellino. Desde 2015, Julio vuelca todo su conocimiento y pasión en Viejo Patrón, con el fin de demostrar el verdadero valor de la carne argentina.
Viejo Patrón se ubica en una imponente esquina del barrio, donde esta antigua casona de estilo francés que aún conserva su fachada original dice presente. El deck sobre la vereda es perfecto para disfrutar en un ambiente relajado al aire libre, con capacidad para 18 comensales. Es para resaltar que este espacio cuenta con luces tenues y un techo corredizo para pasar la velada a cielo abierto. Por su parte, el salón principal –donde se ubica la parrilla– fusiona un estilo sobrio con detalles modernos, predominio de madera, grandes ventanales e iluminación suave sectorizada que, por la noche, genera un clima íntimo. Subiendo las escaleras se encuentra una imponente cava de vinos con etiquetas seleccionadas por el sommelier de la casa, Juan Tula, seguida de una barra y un elegante piano que cobra vida para ambientar las veladas. En el último piso está la terraza semi-techada, otro sector codiciado durante la temporada cálida.
El recorrido del menú comienza con entradas clásicas pero en versiones renovadas, como la provoleta con rúcula, pico de gallo, nueces fritas y reducción de aceto; la tortilla de papa y cebolla con queso provolone gratinado y chimichurri; la burrata, que sale con pesto de albahaca, ensalada de kale, hongos, tomate cherry y focaccia, y los buñuelos de espinaca con fondue de tomate, alioli y queso sardo. Y también con opciones de parrilla clásica, como salchicha parrillera, chorizo artesanal, morcilla y la tabla de achuras con molleja de corazón, riñones y chinchulines.
En cuanto a la sección de principales protagonizadas por carnes, todas los cortes se pueden pedir en el punto de cocción de preferencia: casi crudo, jugoso, a punto o bien cocido. Al tratarse de animales libres de estrés, la terneza de la carne está asegurada. Se ofrecen porciones individuales o para compartir y algunas de las especialidades de la casa son el asado especial del centro (750 g) –tira de asado, cinco costillas–; costillar braseado (1600 g) con papas cuñas y criolla; corazón de cuadril; bife de chorizo angosto (450 g) y mariposa (650 g); vacío del fino en manta (750 g) con papas cuña, ensalada mixta y chimichurri; entraña entera (750 g) y la selección del sommelier (800 g), con cortes como lomo, entraña, cuadril y bife con papas fritas y ensalada mixta. A todo esto se suman el pollo pastoril al limón, matambrito de cerdo, salmón al grill, ribs y osobuco braseado.
Por su parte, el apartado de minutas dispone de platos como milanesa de bife de chorizo napolitana, matambre a la pizza con papas españolas, revuelto gramajo, lomo al champignon y salmón cítrico con zucchini, tomates asados, alcaparra y crema cítrica. Y para los que salen sin guarnición, cuentan con propuestas como las infaltables papas fritas, puré de papa, de boniato, zanahorias asadas, espárragos grillados, ensalada mixta, caprese y de zanahoria y huevo, y hasta una tabla de vegetales grillados, que incluye espárragos, zucchini, zanahoria, morrón, tomate, berenjena, portobello, brócoli y coliflor.
Este grill y resto también cuenta con una atractiva sección de pastas caseras, como raviolones de espinaca, queso y ricota; ñoquis de cabutia, sorrentinos de jamón y queso y fusilli al fierrito. Todas se pueden pedir con salsas pomodoro, bolognesa, rosa y crema con champiñones.
El final dulce está a cargo de recetas de tradición argentina, elaboradas por la pastelera del lugar Florencia Gagliano. Entre los postres sobresalen delicias como flan de dulce de leche, volcán de chocolate, tiramisú, queso y dulce y helado.
Cada una de estas elecciones se puede acompañar con las diferentes alternativas que componen su amplia carta de bebidas, donde conviven vinos blancos, rosados, tintos y espumantes con whiskies, cervezas, cocktails clásicos y gaseosas.
Y para destacar aún más su propuesta culinaria, cuentan con un menú ejecutivo (de lunes a viernes, de 12 a 16 h) que incluye principal, bebida sin alcohol y postre o café, donde el comensal únicamente abona el precio del plato elegido. Para la cena tienen a disposición dos menús especiales, superior y premium, con entrada, principal, postre y bebida (sin alcohol o media botella de vino); además de descuentos especiales abonando en efectivo para mesas de mujeres, de hombres y de parejas durante diferentes días de la semana. Asimismo, para amenizar las noches, ofrecen ciclos de música en vivo: todos los fines de semana una pianista musicaliza la velada y cada jueves de fin de mes se presenta una gala lírica liderada por dos integrantes del Teatro Colón.
Viejo Patrón es una invitación a conocer el verdadero sabor de la carne argentina en el clásico barrio porteño de Liniers, donde su creador, Julio Gaglione, recibe a los comensales con cortes de novillo de pastura elegidos con conocimiento y cuidado para que vivan una cálida y gratificante experiencia culinaria.
«Viejo Patrón»
Av. Larrazábal 502, esq. Patrón, Liniers.
Horarios: lunes a domingos de 12 a 16 h y de 20 a 00 h.
Reservas: 4641-4584 y 2141-6532
Whatsapp: 54 11 3062-3572
Instagram: @viejopatronrestogrill