Desde comienzos del siglo XX la esquina de Cafe Margot estuvo signada por la presencia de comercios gastronómicos: fue bombonería, restaurante, fábrica de pastas y confitería. Con el Café llegaron los habitués y entre ellos algunos personajes memorables.
La pared de ladrillo a la vista que exhibe retratos y carteles históricos, la biblioteca “Maestro Miguel Ángel Caiafa” en la trastienda “Maestro Carlos Caffarena” y la familia de mesas y sillas alineadas en perpendicular al mostrador son perfectos escenarios para el tradicional y convocante sándwich de pavita al escabeche creado en la década del 40’, el irresistible strudel de manzana casero y la refrescante sidra tirada.
Inaugurado en en el barrio de Boedo, el edificio de Café Margot recupera el espíritu bohemio de los artistas del barrio y la camaradería de sus vecinos. Fue declarado Notable por el Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires y Sitio de Interés Cultural por la Legislatura Porteña.
Inaugurado en 1904, la esquina de Boedo y San Ignacio, guarda parte de la memoria del barrio. Fue construido por Lorenzo Berisso, un arquitecto italiano que también fue su primer dueño. En ese entonces, funcionaba como bar y almacén, tal como era habitual en la época. En la actualidad conserva su clásica ambientación con el mostrador de mármol y las sillas y mesas de madera que contrasta con las coloridas vitrinas repletas de botellas y sifones.
Pasaron por el Margot el diputado Alfredo Palacios; los escritores Gustavo Riccio y Raúl González Tuñón; el “Mono” Gatica; uno de los boxeadores más importantes del país; el gran goleador, José Francisco Sanfilippo; el escritor Isidoro Blaisten, y Oscar “Ringo” Bonavena, verdadera leyenda de nuestro box.