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Mondongo & Coliflor cumple tres años en Parque Chacabuco y celebra un recorrido construido de manera orgánica, apoyado en el boca en boca, la relación con el barrio y una cocina que pone el sabor por delante de cualquier tendencia. Instalado en un local con más de 100 años de historia gastronómica, el proyecto se consolidó como una cantina contemporánea que recupera los clásicos de la mesa porteña , elaborados íntegramente puertas adentro y con materias primas de productores nacionales. “Resumiría estos tres años como un proyecto que está viviendo el presente que queríamos: arrancar de a poco, con el barrio, y que ese barrio creciera”, explica Cabito Massa Alcántara , uno de los socios fundadores. “Empezamos con diez o quince cubiertos y hoy hay días en los que la gente hace fila para esperar una mesa. Viene público de muy lejos a elegirnos y eso habla de un crecimiento genuino”, agrega. El espacio fue creado por Arnaldo Roperti, José Villar, Quique Yafuso y Cabito Massa Alcántara, con la idea de volver a poner en valor sabores que habían quedado relegados de la escena gastronómica. La carta recorre un amplio abanico de recetas tradicionales: empanadas caseras –de carne, tortilla y hasta de mondongo–, tortilla de papa en distintas versiones, guiso de mondongo disponible todo el año, pastas caseras con salsas clásicas, milanesas de ternera y pollo —en versión clásica, napolitana o estilo fugazzeta—, osobuco de cerdo braseado durante ocho horas, y cortes de parrilla como asado banderita, entraña y bife de chorizo. El menú se completa con una sanguchería XL en pan ciabatta de masa madre —con opciones de milanesa, bondiola o bife de chorizo—, guarniciones abundantes y postres infalibles como flan con dulce de leche y crema, almendrado y el infaltable vigilante y Martín Fierro, presentado con dulce de batata o membrillo con queso cuartirolo. Todo se acompaña con vinos de bodegas nacionales, aperitivos clásicos porteños y cervezas. “Siempre supimos qué sabores buscábamos, qué propuesta queríamos tener y con qué precios íbamos a salir: lo más barato posible con los mejores productos. Trabajamos con grandes productores de confianza y eso se refleja en cada plato”, señala Massa Alcántara. Esa coherencia fue clave para sostener la identidad del lugar y generar una clientela fiel. De cara a 2026 , el equipo apuesta a seguir creciendo sin correrse del eje. “Mondongo & Coliflor no va a perder la esencia ni el norte. Vamos a profesionalizar aún más la cocina, mejorar procesos y sumar platos nuevos, pero sin abandonar los clásicos que nos trajeron hasta acá”, anticipa Cabito. Un aniversario que celebra no sólo el camino recorrido, sino un presente sólido y un futuro pensado desde la cocina y el barrio. |
Mondongo & Coliflor
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